Interés general
Torres: “A veces llego a mi casa y encuentro un tupper arriba de la mesa que me dejó mi vieja”
Entrevista realizada por la revista política de la provincia de Buenos Aires, La Tecla.
El jefe comunal lapridense no escatima en risas. Desde su recorrido por la universidad, su pasión por los libros y las películas fuera del foco de Hollywood, Pablo Torres relata su día a día, con llegada a la Municipalidad en bicicleta incluida.
El intendente de Laprida, Pablo Torres, cuenta cómo es su vínculo con su único hijo. Su rutina, sus hobbies y su comienzo por la militancia, así como el cariño por el pueblo que hoy en día dirige.
– Sos trabajador social y sé que te interesaste por los temas relacionados con el clientelismo, incluso tenés dos libros ¿Cómo empezó el interés por el clientelismo particularmente?
En algún momento, cuando estaba terminando la Licenciatura, que la hice en la Unicen (Universidad del Centro), debíamos presentar una tesis. Buscando temas, elegí el clientelismo vinculado a la cuestión propia de la profesión, con interés y militancia siempre. Ahí empecé a estudiar el tema del clientelismo.
– Y escribiste dos libros
Sí, uno se llama «Votos, chapas y fideos. Clientelismo político y ayuda social», que tuve el honor de que me lo prologue Guillermo O´Donnell, un politólogo de nivel internacional; y el segundo de clientelismo se llama «De políticos, punteros y clientes» y a ese me lo prologó Mario Banfield, el periodista de Página 12.
– ¿Y cómo empezó la idea de arrancar a escribir?
Me interesa la escritura. De joven, antes que Trabajo Social estudié unos años Periodismo, en la Facultad de Periodismo de La Plata, que en esos momentos no era Facultad, era la Escuela Superior de Periodismo, en la calle 44 en La Plata. Después abandoné y me vine para Trabajo Social, pero siempre tuve un interés por la escritura, incluso por la de ficción. Soy malo, pero me gusta escribir, y leer más que escribir (risas).
– ¿Un consejo para quienes quieren empezar a escribir?
Que escriban. Que lean y que escriban. No concibo que se pueda escribir sin ser un buen lector. Hay que leer bastante, pero también escribir bastante. Después creo que también hay una cuestión de madurez. Uno intenta escribir de muy joven y después tiene que tener un trayecto de vida, y quizá retomás algo que de joven te era imposible y ya de más viejito te empieza a salir más fácilmente.
-La tenés más atada
Sí, no mucho (risas) pero sí tenés algo que viste y te ayuda en eso. Supongo que tiene que ver con todas las tareas, la experiencia.
– ¿Qué te llevó a cambiar de rumbo de Periodismo a Trabajo Social?
El periodismo tiene más que ver con contar lo que está pasando, y me pareció que el trabajo social, junto con la militancia política tiene más que ver con el hacer. Quizá en un nivel más micro, yo milité siempre en la política de mi pueblo, pero una cosa tenía que ver con ser un interpretador, y la otra tenía que ver con alguien que intervenía en la realidad.
– ¿Tenés hijos o nietos?
Tengo un hijo que se llama Manuel. Tiene 25 años.
– ¿Qué suelen compartir juntos?
Compartimos poco, pero sobre todo lecturas. Manuel está vinculado a las artes, a la música, pinta, lee, escribe, así que por ese lado. Está más alejado de la participación y de la militancia política, pero sí compartimos desde el lado de los gustos artísticos.
– ¿Y vos qué pasatiempos tenés?
Hago algo de actividad física, salgo a correr y ese tipo de cosas. No tanto por placer, sino porque en algún momento, cuando era Secretario de Gobierno, descubrí que ese trabajo y el que tengo actualmente sólo se pueden hacer si tenía una buena preparación física. Soy un poco de Gimnasia y Esgrima La Plata, así que «mens sana in corpore sano».
También tengo una vinculación muy estrecha con la literatura y con la lectura, además del cine, miro muchas películas y series. No me pongo a las siete a ver Netflix como Macri (risas) pero miro series.
– ¿Y mirás Netflix? ¿O usás alguna otra plataforma?
Sí, miro Netflix, también Moovit, que es más para cinéfilos. Trato de buscar cosas en internet, en páginas menos oficiales. Me gusta el cine europeo, miro algo de las películas asiáticas, ese tipo de cine que no es el de Hollywood, con Netflix no me llevo muy bien por eso.
– Salís de lo que se dice «mainstreem» ¿Qué recomendación tenés de alguna peli o serie que te haya gustado recientemente?
Hay una que vi hace bastante, es norteamericana pero creo que independiente. Me parece que se llama «Dos carteleras para un crimen. Es una película interesante porque los personajes de la historia, los que son buenos hacen cosas terriblemente malas en algún momento, y los malos hacen cosas notablemente buenas en otros, está alejado de los estereotipos.
– Contame un poco sobre tu rutina
Arranco temprano, seis y media más o menos ya estoy en la Municipalidad, vivo a cuatro cuadras así que agarro la bici y voy, estoy ahí hasta las 13:00, 14:00 horas, vuelvo y almuerzo en mi casa, estoy un ratito y a las 15:00 más o menos ya estoy de nuevo recorriendo alguna obra o dando alguna vuelta por la ciudad para ver cosas, o con reuniones con funcionarios de diferentes áreas. A media tarde vuelvo a mi casa y sigo un rato por teléfono, hablando con algún funcionario, leyendo mails, algún proyecto que me haya mandado algún funcionario o funcionaria de algún área, hasta la nochecita. Después miro alguna película y me acuesto a dormir temprano, cerca de las 22:00, 22:30 horas.
– ¿El hecho de volver a tu casa tiene que ver con que vivas cerca o por el ritual de volver, prepararte la comida, estar un poco más tranquillo?
Sí, tiene que ver con que por lo menos una hora salgo de la dinámica del Municipio, donde anda gente, la atiendo, están los trabajadores municipales y los funcionarios. La mañana tiene una dinámica más fuerte de más presión, corto, almuerzo, descanso un poquito, me destapo un poco la cabeza.
La tarde tiene que ver más con actividades relajadas. Si bien son reuniones por algún programa, leer alguna idea que alguien me escribió en un informe, ir a ver una obra, son cosas que pese a que son trabajo, son de menos exigencia, más del tipo reflexivo o de tomar decisiones sin la locura que suele tener la mañana.
– ¿Te cocinás vos? ¿Te gusta cocinar?
No me gusta cocinar. Cocino a veces o compro comida hecha si logro encontrar algo abierto. Mi vieja vive cerca, así que a veces llego a mi casa y encuentro un tupper arriba de la mesa (risas), a veces tengo suerte.
– ¿Te visita seguido tu mamá?
¡Sí!, mis padres viven a 50, 60 metros de mi casa, así que voy y vengo varias veces en el día, hago visitas cortas.
– ¿Qué es lo que más te gusta de Laprida?
Es el lugar donde nací y crecí, y salvo mi época de estudiante, viví. Casi toda mi vida he estado acá, es donde tengo mis raíces, mi familia anterior: mis padres, mis abuelos que ya no viven, mi hijo, y me gusta porque es un pueblo ordenado, lindo. Los pueblos del interior de la Provincia son todos bastante iguales, pero Laprida tiene alguna característica especial que tiene que ver con ese orden que a mí me atrae porque yo soy una persona bastante ordenada, pero también tiene cierta belleza, es bastante moderno y tiene cosas muy lindas como el balneario, además de la gente que es buena. Son cerca de 12 mil habitantes.
– ¿Y fue creciendo con el paso de los años?
Sí, hay algunos fenómenos que se dan, como el retorno de gente que se fue a estudiar a los 18, 20 años, estudio, ser recibió, armó una familia, tiene chicos chiquitos y elige retornar. Eso se daba antes de la pandemia pero que se profundizó ahora con la posibilidad del teletrabajo. Es una cuestión bastante frecuente.
– Hablando de la pandemia, vos tuviste covid ¿Cómo lo experimentaste?
Lo pasé muy bien porque tuve covid después de tener las dos dosis de la vacuna Sputnik, así que prácticamente no me enteré. En realidad me enteré porque un sábado al mediodía me di cuenta que había perdido el olfato, entonces fui al médico y me hisoparon, pero fuera de eso no tuve ninguna noticia del covid, lo cual quiere decir que la vacuna funciona hasta en los casos de quienes nos enfermamos.
– ¿Qué proyectos te quedaron truncos por la pandemia?
Empezamos casi todo acá en Laprida, pero tenemos una cuestión que tiene que ver con dispositivos para atención de víctimas de violencia de género, eso es algo que no hemos podido armar por la pandemia. Pusimos en funcionamiento el servicio de salud mental, pero todavía le falta desarrollo; un centro de kinesiología que queríamos hacer en el hospital, y no nos parecía poner el hospital en obra en medio de este lío, así que queda esperando que termine el rollo de la pandemia, y después cuestiones que tienen que ver con lo cultural, lo deportivo vinculado a lo comunitario, que justo son las cosas que más me gustan a mí. Pensábamos vincular todo el trabajo comunitario con la promoción cultural, deportiva, artística y eso ha quedado muy atrasado. Seguimos haciendo cositas pero creo que si no hubiésemos tenido la pandemia estaríamos en un punto de avance mucho mayor.
– ¿Y a nivel personal? ¿Qué proyectos han quedado truncos?
Mi convencimiento era que estos cuatro años de mandato los tenía que dedicar a full a la gestión municipal, así que no tenía previsto nada personal que no fuera gestionar. Cambió un poco la gestión, pero en el sentido personal me siento conforme con lo que estamos haciendo. Algunas personas me dicen «¡Qué mala suerte, justo te tocó…» y la verdad que yo no lo vivo así, tal vez no me lo cuestiono, pienso que a alguien le tenía que tocar, estaba acá en este momento, me tocó a mí, tal vez por algo será. Yo tengo cierta mirada religiosa de la vida, aunque no soy practicante de ninguna religión, pero le asigno algo religioso, pienso que por algo será que me tocó estar acá, en este momento.
– ¿Crees en el destino?
No sé si en el destino, ocurrió y me siento alegre, esa puede ser una palabra, alegre de poder conducir a mi pueblo en este trance que es difícil, que todos preferiríamos no tener que vivir, pero nos tocó. Yo estaba acá, era el intendente así que estoy feliz de trabajar para que mi gente pueda atravesar esta circunstancia lo mejor posible.
– Parecés una persona alegre ¿Vos cómo te ves? ¿Cómo te considerás?
No sé, lo voy a charlar con mi psicóloga (risas). Creo que soy una persona razonablemente alegre, a veces soy calentón, me enojo rápido, pero me río bastante.
– Y vas a terapia
Sí, ahora virtual, pero fuera de la pandemia iba presencial, no el Laprida sino en Olavarría, que es una ciudad que nos queda cerca.
Para mí es un espacio interesante, más en un rol que tiene sus exigencias, tener la posibilidad de poder hablar algunas cosas que uno no habla con otras personas porque son de otro campo, me parece que ayuda y que uno descubre cosas de uno mismo que por ahí no sabe.
– Tu foto de perfil es con Axel (Kicillof) ¿Cómo definís tu vínculo con él?
Yo no lo conocía previo a que él fuera gobernador y yo intendente. Nos hemos visto cuatro o cinco veces. Me parece un tipo muy laburador, bien intencionado, formado. Es una persona que pone lo mejor de sí para que la provincia marche. Me llamó la atención un día, cuando estuvo en Laprida, ya siendo gobernador, y mientras íbamos hacia el avión, yo lo acompañaba en el auto, hablábamos de la pandemia y me contaba que había noches que no podía dormir de preocupación, por la situación de salud. Lo vi como alguien muy preocupado por su Provincia.
– Contame sobre cómo empezó tu recorrido por la política
Iba a cuarto año del secundario cuando fue el retorno a la democracia, en el 83, y mi adolescencia coincidió con ese retorno. Siempre tuve inclinación o interés por la política, la cosa pública, y ya en ese momento, a los 16 años, empecé a participar de alguna forma en el peronismo y después en el centro de estudiantes, fui presidente cuando estaba en Trabajo Social.
Con el menemismo, fui de los peronistas que se fueron, junto al Grupo de los Ocho: Chacho Álvarez, Juampi Cafiero, que con Juampi teníamos una vinculación. Fuimos un grupo pequeño acá en Laprida que se fue del Partido Justicialista durante el menemismo, y cuando pasó el menemismo retornamos, y ahí coincidimos también con la aparición del kirchnerismo, así que tuvimos una comunidad ideológica fuerte con el kirchnerismo, que venía de la misma raíz de nosotros. Estuve siempre en el peronismo, pero no siempre dentro del partido.