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LAMADRITENSE CUMPLE EL SUEÑO DE CONOCER A GINOBILI
La fanática de Manu Ginóbili que vendió hasta los muebles para verlo jugar en Estados Unidos. Se llama Ana Paula Ciappina y ahorró desde octubre para viajar a San Antonio.
Ana Paula Ciappina, una fanática del básquet, nacida en General La Madrid (Provincia de Buenos Aires), ahorró durante seis meses y hasta vendió los muebles de su casa para viajar a Estados Unidos a ver a su máximo ídolo: Emanuel Ginóbili.
«El viaje a San Antonio me lo propuse después de ver su protagonismo en los playoffs de la temporada pasada de la NBA, sin saber si Manu iba a seguir jugando. Ahorré desde octubre de 2017 hasta marzo de este año”, contó Ana Paula al sitio web de La Licuadora Deportiva.
Y no sólo se dio el gusto de verlo jugar, sino que además pudo hablarle cara a cara. Porque luego de una sesión de tiros en la previa del partido, Ginóbili se acercó a los argentinos presentes en el AT&T Center e intercambió palabras con ella.
«Sólo le dije gracias. Era tanta la emoción que tenía ese día, que no podía hablar. Ni siquiera pude decirle de dónde era. No le pregunté si seguía un año más. Cuando se me acercó, me firmó la remera y nos tomamos un par de selfies. Me dijo: `Tranquila, tranquila`», amplió.
Su idolatría hacia Ginóbili nació cuando tenía 13 años. «Soy muy fanática de él, tanto como deportista, como profesional y como persona», confesó. Y no sólo recuerda el año en que se enamoró del Pibe de 40, sino que también recuerda el primer capítulo de la novela.
Fue en aquel inolvidable partido entre la Selección Argentina y Serbia, en el debut de los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004. La Generación Dorada perdía por un punto a 3,8 segundos del final y Manu voló con una palomita para marcar un doble que selló el 83-82 final.
De allí en más, comenzó a coleccionar artículos del número 20 de los Spurs para sorpresa de su familia netamente futbolera. «Rompí con los esquemas de mi familia cuando comencé a jugar al básquet desde chica», contó.
Más tarde, transformó esos artículos de colección en viajes. El primero fue a Buenos Aires para verlo en acción con la albiceleste y el segundo a Río de Janeiro (Brasil) para los Juegos Olímpicos de 2016, donde Manu se despidió de la Selección.
Pero este fue distinto y especial. E incluso, quizás también para el mismo Ginóbili. «Nunca se imaginó que iban a llegar tantos argentinos a verlo», cerró.
Fuente: Clarín