Interés general
Agradecimiento: de un vecino lapridense al personal de salud
Recibimos esta nota con pedido de publicación.
Esto es un reconocimiento, un acto de gratitud y por último un compromiso y público agradecimiento.
Debo confesar que pase unos pocos minutos sopesando el tema de manifestarlo en estos momentos ante las próximas elecciones a los fines que sea malentendida la intención de esta misiva por parte de los receptores de la misma, pero a sabiendas de los que bien me conocen y saben de mi opinión sobre la política en toda su extensión completa tanto internacional como nacional, histórica como presente y en todos sus ámbitos, lo cual me libera de cualquier vicio y uso ruin propio de los mal intencionados.
Por otro lado siempre he experimentado y he vivido mi vida en el misterio del que “Mientras los hombres planean, los dioses se ríen y tiran los dados” por lo que poco me debe preocupar que se pueda opinar dado que nunca sabemos cuántos días tenemos en la bolsa y no se debe dejar nada para el mañana especialmente en lo referente a los afectos y los mimos.
Salvado ese pequeño asunto voy a contar de la forma más sucinta y sintética posible el suceso que me toco experimentar.
Cerca del mediodía del viernes 8 de octubre pasado sufrí un dolor bastante fuerte de pecho y brazos lo que hizo que le pidiera a Mimí ( mi esposa ) que me tomara la presión la que dio 180/ 120 y dado de que soy de presión baja inmediatamente a través de un llamado de ella a mi muy querido amigo Enrique (muñeco) Mendioroz quien se comunico con su Hermano el Dr. en cardiología Esteban (Poty) Mendioroz quien a su vez lo hizo con mi señora indicándonos que llamara presurosamente la ambulancia o nos dirigiéramos a la guardia prontamente pidiéndoles a los profesionales que atendían la misma se me efectuara por su recomendación un electrocardiograma, que él ya se dirigía hacia el nosocomio.
Mientras Mimi manejaba perfecta y prudentemente sin dejarse asustar por el acontecimiento en desarrollo llegamos al centro hospitalario y ante nuestro pedido y a través de la orden del Dr. Bellini que estaba a cargo de la guardia la enfermera Alejandra Bustos con gran celeridad y pericia profesional me realizo la electrocardiografía solicitada, se me colocó una vía con un suero e inmediatamente fuí trasladado por el “Turu Larios” en una silla de ruedas a terapia intensiva donde me estaban esperando un grupo de enfermeras quienes colocaron otra vía con un suero para mantener una ruta venosa abierta secundaria ante cualquier eventualidad ocurriendo todo esto en un marco de una profesionalidad excepcional por parte de todo el grupo de terapia intensiva y acá se debe de tener en cuenta de que debido a que el shock retrae todos los sistemas de vasos capilares como también el calor de los miembros para defender y asistir a los órganos principales haciendo casi invisible los accesos venosos , pues bien ¡ellas las encontraron todas! Con una rapidez y precisión dignas del mejor y experimentado cirujano de emergencias.
De forma inmediata llego el Dr. Mendioroz quien dio la orden de aplicar una medicación de última generación y aquí voy a realizar una digresión: Paso a contarles que dicha droga que disponemos en Laprida, muy pocos lugares la tienen en toda la Argentina incluso en grandes ciudades como Bahía Blanca y que gracias primero a la sugerencia del Dr. Mendioroz la parte de logística del hospital a cargo de Cristian Villavicencio hace muchos meses se puso en un incansable búsqueda hasta hallarla obtenerla (tanto como de otros muchos de medicamentos con los que se cuentan ) y mantener el stock de la misma a medida que se va utilizando, apoyada dicha acción por el director del hospital el Dr. Fernando Adreatta contando con el apoyo económico del municipio a cargo del Sr. Pablo Torres.
Sumadas a otras drogas que ordenó el Dr. se me practicaran por boca e inyectables A los 15 minutos de haber ingresado al nosocomio con un cuadro de infarto agudo de miocardio los síntomas del dolor agudo del pecho habían cesado y a los treinta minutos de acaecido el evento inicial no quedaba residuo de dolor ni en los brazos, lo que no impedía se siguieran a todo ritmo el seguimiento de mis signos vitales a través de todo el nuevo instrumental del que cuenta el nosocomio y de las incansables enfermeras de terapia como de la encargada de la extracción de sangre para el laboratorio Eliana Gorosito, que con toda premura delicadeza, precisión y esmero extraía sangre para constatar los avances de la droga por mi cuerpo.
En 45 minutos desde que llegue al hospital y de haber sido tratado se obtuvo la constancia de que la obstrucción total había cesado, por lo menos de forma parcial toda vez que parte del flujo de sangre se había compuesto como lo expresaba las pruebas de laboratorio tanto como el seguimiento de los signos vitales a través de electrocardiogramas que se me iban realizando cada pocos minutos. El tratamiento continuó, me fueron aplicando otras drogas inyectables tanto como por vía oral a los fines de evitar otros eventos y cuidando de los efectos colaterales posibles del mismo, el Dr. Mendioroz no se movió del lugar hasta tanto estuvo seguro del buen desarrollo del tratamiento e inquieto como siempre siguió apareciendo reiteradamente durante todos los días de mi internación. Así pase cinco días en terapia a los fines de ser preparado adecuadamente para una coronariografía y posterior angioplastia coronaria compleja que se realizaría en el servicio de hemodinámica y cardiología intervencionista en la ciudad de Bahía Blanca gracias también a la expeditiva gestión del Dr. Mendioroz.
El mundo de la muerte y el dolor suele ser habitado cercanamente por dos tipos de personas
Primero : Por los “psicópatas”,( los “lobos” siempre andan cerca de los las ovejas).
Dichos obscuros personajes quienes no sienten nada por naturaleza, desarrollan una capacidad actoral a los fines de pasar desapercibidos ( por el ojo poco entrenado de los muchos) y disfrutan tanto del dolor como del deceso de sus víctimas, cosa que ocurre si el afectado ( la victima) se encuentra casi con exclusividad “ vulnerable y sin la posibilidad de poder pedir ayuda” sumado a poder “salir impunes de su accionar” ( importancia que le dan no por miedo al castigo, por lo que la ley no los arredra, sino porque toda vez que de ser atrapados no podrían seguir realizándolo,). De darse esas tres condiciones, son dueños de la oportunidad de llevar a cabo su macabra danza experimentando de esa manera el éxtasis sobre el dolor ajeno o del poder de determinar quien vive y quien muere, por lo que incansablemente buscan adquirir las habilidades o estudios necesarios tanto como los ambientes propicios donde podrían darse dichas condiciones.
Y Segundo: Por contrario completamente a lo antedicho, personas de un compromiso, empatía, comprensión, solidaridad y una entrega absoluta para con la vida y los sufrientes.
Sobre estas últimas fue que durante esos días experimente y observe su accionar.
Vi , escuche y sentí como este grupo genial de enfermeras Marilina Cejas, Liliana Herrera, Silvana Amarelle, Eve Rios, Alicia Wilguenhof y Rosita Luna de suma profesionalidad y afectuosidad que viven cotidianamente inmersas en la emergencia, el dolor de sus enfermos , la pena de sus familiares y las tragedias tal que era conmovedor como trataban a todos los internados con una ternura como si fueran sus propios hijos, también vi como fuera totalmente de turnos y a cualquier horario incluso hasta las madrugadas volvían prestas al hospital a ayudar a sus compañeras cuando la cantidad de pacientes y las urgencias lo ameritaban y no se retiraban hasta que el ultimo de los detalles estuvieran en perfecto orden, también vi como cuando tenían apenas unos minutos para ellas lo usaban para investigar o estudiar más. Todo este cuadro estaba acompañado de las chicas de la limpieza Liliana Villalba y Celeste Pereyra que dejaban todo impecable con un esmero digno de mención y ni que hablar de la gente de la cocina Maria Castro, Lorena Suso, Enrique Castro, Sandra Acosta, Orlando Pesoa y Dolina Cotti quienes nos preparaban a través de las indicaciones de Nutricionista Carolina Cavallier las comidas desayunos etc. preparadas con un amor que solo unas verdaderas mamas pueden brindar.
El anteúltimo día se me traslado en ambulancia acompañado por la enfermera profesional Rosita Luna manejada por su chofer Alfredo Mendez quien con experticia nos acerco al Hospital “ Dr Felipe Glasman” donde ya nos esperaban Mimí e Inés mi hija quien desde muy a la madrugada habían emprendido viaje hacia la gran ciudad.
En el instituto de cardiología fui atendido por los Dres. Calvo El procedimiento dio como resultado la detección de una oclusión aguda extensa de arteria coronaria derecha, y luego de trombo aspirar se me coloco un stent y tras un correcto tratamiento de las lesiones y constatación angiografía se recuperó un flujo distal normal.
Tengo en mi experiencia personal más de 8 intervenciones generales y he pasado varios meses internados en hospitales como también he acompañado a pacientes en la “mejores clínicas” del país y me atrevo a decir que contamos en Laprida con uno de los mejores centros de cardiología de emergencias del país gracias al grupo especial que se ha formado.
Acá voy permitirme realizar otra digresión : Lo anteriormente dicho se sustenta en que está confirmado por lo hablado con los mejores cardiólogos de La Plata y Bahía blanca quienes sin lugar a dudas me dijeron especialmente estos últimos que cuidemos al Dr. Mendioroz y a su excelente grupo de trabajo y estemos orgullosos de poder detentarlos pues tienen una intención absolutamente genuina de llevárselos para allá refiriéndome que él es “mejor cardiólogo de toda la zona incluyendo Bahía y Mar del Plata y que su grupo de trabajo es del mismo nivel”
También he de mencionar que este “muchacho” Mendioroz quien se hizo “bien de abajo” es adorado por este grupo de especiales enfermeras no solo por sus bien ganados dotes, erudición y prácticas médicas sino que además en tiempo de Covid también realizaba junto y a la par de ellas el lavado y limpieza de los pacientes sin caérsele ningún oropel.
Digo esto pues como “nadie es profeta en su tierra” y somos tendientes a no reconocer ( a veces por causas inocentes otras por ignorancia y otras por causas “non santas”) a las personas con las que convivimos.
Este grupo fenomenal que lo conocí en funciones es un ejemplo a todas luces de la grandeza que se puede encontrar en el más recóndito lugar de este país si solo nos ponemos de acuerdo en las cosas que tenemos en común que es el 90 % y dejamos el 10% de las diferencias donde deben estar: ¡En la periferia y en lo nimio! Debemos asentarnos en la simiente (90%) que es el Grano contenido en el interior del fruto de una planta y que, puesto en las condiciones adecuadas, germina generando vida) mas no en la cascara de la semilla ( lo exterior) a riesgo de que si lo hacemos, será “vana” (Que no contiene semilla en la cáscara o está seca o podrida) y de asentarnos en la cascara ( 10 %) seremos solo unos “ cascarudos”.
Por ultimo:
Mi especial gratitud al hospital Pedro Sancholuz y dentro del mismo al conjunto del total de sus miembros, rescatando de forma particular su bonhomía, afabilidad y calidez.
Asimismo agradecer también al Dr. Bellini y a la Dra. Cilco quienes en distintas ocasiones estuvieron a cargo de terapia y a la incansable Dra. Jesus Pelaez quien pasaba varias veces por día y preguntaba como estábamos todos.
Además con muchísimo aprecio quiero hacerle llegar un afecto especial a la Dra. Florencia Connlon que con un cariño muy especial se encargo junto al Dr. Mendioroz de tener al tanto y llevar sosiego a mi familia informándoles continuamente sobre el desarrollo de los acontecimientos.
Quiero agradecer infinitamente al montonazo de familiares, amigos, vecinos y conocidos de muchos lugares, algunos que hicieron cientos de kilómetros para estar, cuya energía positiva experimente en todo momento, innumerable de nombrar a riesgo de olvidar a alguien, quienes se acercaron ofreciendo su tiempo y disposición para lo que se necesitara para mí o mí familia.
Un especialísimo amor a Mimí, Inés, María y Gonzalo “el flaco” quienes corrieron de un lado a otro por tramites y desatando complicaciones, esperando los acotados espacios de visita con el sabor amargo siempre de nunca saber cómo concluyen estas cosas, pero siempre con un inquebrantable espíritu y templanza. A mis dos muchachos exploradores José y Roy quienes estando del otro lado del charco hacían toda la fuerza posible para que todo saliera bien, cosa que sentí profundamente en las entrañas
Y por último hago saber de mi claridad con respecto a que todo este tiempo demás que estoy viviendo no podría ser posible sin la intervención especial del Dr. Mendioroz y al fabuloso grupo de enfermeras de terapia intensiva y mi familia por lo que quiero sepan de mi disposición absoluta y total de entrega de esto que me ha sido regalado por ustedes y que ante cualquier problema grave o peligro en el que se encuentren ustedes o sus familias no deben dudar en llamar pues este pecho que vosotros han cuidado será expuesto incondicionalmente como suyo.
Enrique Moncla´.
De lo mejor que he leído en años, sos enorme tío.