Interés general
Katherina Bide presentó su libro en la Biblioteca Popular «Mi gato de Júpiter»
su primer libro y fue presentado este año en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y en la Feria del Libro de Tandil.
Su obra se gesta a partir de un musical en Buenos Aires en el teatro hace cinco años y a partir de ahí su autora dispara un sin número de interrogantes, que provoca una conversión de Luz, la protagonista, a aspectos actuales como el bulling y la falta de valores entre los principales.
Una franja amplia de su obra transita por la astrología, la resiliencia y la autoayuda, pero que hace “resonancia” sin importar la edad de quien lo lea, resume la autora. Katherina Bide – Portarrieu, (Catty Mey) rodeada de afectos, amigas y en la sala Hugo Diez de la Biblioteca, un día volvió “a los viejos sitios”, para presentar su libro, acompañada en lo musical por Alberto, su padre.
Minutos antes de la presentación se dispuso a conversar para conocer un poco más de su trazado artístico y literario. Esto respondía
Venís de una cuna de músicos, ¿cómo fue ese ensamble para escribir?
Todo lo que uno mama en la casa después se nota mucho, más en los primeros años de edad. Mis dos papás son muy lectores, mi viejo y mi abuelo músicos y para mí es un juego. Mi primera canción fue a los tres años y porque mi papá me inventaba canciones y para mí lo normal era inventar canciones y no cantar canciones de otros autores. O sea, creo mi música porque me lo permiten y eso me dio un marco muy lindo que me ayudó mucho.
¿En lo personal que te aportó la narrativa, por qué calle te llevó?
De chiquita empecé a escribir cuentos de fantasía. Cuando uno tiene muchas cosas que transmitir, el papel y la voz es muy importante. Yo tengo muchas historias para contar.
¿Como «nace» mi Gato de Júpiter?
Nace en realidad hace cinco años en una comedia musical que di en Buenos Aires con Alberto mi padre que hicimos la música, con diez personas en escena y de repente, digo: está divino todo lo que es el teatro, pero qué pasa si lo hago libro, que pasa si di herramientas prácticas como es este libro y si agarro la protagonista y la llevo a la escuela, la hago más chica, la pongo en todos los aspectos que ocurren ahora, el bulling, el mal trato, la falta de respeto, la falta de valores. Qué pasa si a esta protagonista que tengo armada la llevo a la escuela y la pongo en otro contexto. Y así nace «Mi gato de Júpiter».
¿Cuál fue el elemento disparador?
Yo estudié astrología y antes me fue de viaje al exterior. Einstein decía la mente es como un paracaídas, sólo funciona si se abre y a mí se me abrió la cabeza al conocer y tratar culturas nuevas y cuando regresé a Buenos Aires fue una llamada que tuve con la astrología y me cambió la vida. Empecé a entender por qué de mis conductas y reacciones y por qué era quién era. Y ahí empecé a preguntarme quién soy yo.
¿Cómo clasificas a tu libro?
Podría clasificarse como un libro de autoayuda, como una novela astrológica; todo depende de quién lo lee, porque en realidad cuando uno lee un libro y se lee la palabra muerta, estás leyendo algo muerto y las letras tienen vida…y cada palabra es un símbolo, entonces hay algo oculto detrás de cada palabra, dependiendo del nivel de conciencia de la persona y del momento que está pasando por su vida, este libro será de auto ayuda, de compañía, para empezar un camino sin importar los límites de edad, porque tengo lectores de 80 años y a cada uno le toca una fibra distinta en el corazón y por eso hace resonancia.
Imagino la respuesta, pero ¿por qué Laprida?
Imaginas muy bien. Yo viví a la vuelta de la biblioteca y para mi este es un lugar muy hermoso, primero porque fue donde yo nací y como astróloga y tiene mucho peso el lugar donde uno nace y nunca hay que olvidarse de las raíces. El amor que le tengo a este lugar y de la biblioteca recuerdo que todos los días a la mañana la única salida que yo podía hacer con cuatro años era venir acá y buscar la misma película: Los Aristogatos. No me dejaban mirar televisión y por las noches siempre me hacían leer la carilla de un libro. Para mi estar en Laprida o en la Biblioteca es un placer, siempre digo que soy un ratón de biblioteca y es un placer que en mi pueblo me estén abriendo las puertas.
Gentileza: Marcelo Beltrán