Deportivas
Gustavo Lemos, el boxeador invicto que buscará en Las Vegas un paso más hacia la gloria
El peleador de Tres Arroyos se medirá este sábado con el estadounidense Richardson Hitchins para ser retador obligatorio al título mundial superligero
Irradia un voraz apetito de gloria. La mirada directa, como midiendo al interlocutor, acompaña las palabras pausadas con que arma las frases de cada respuesta. Gustavo Lemos percibe que está en el umbral de un gran acontecimiento para su carrera boxística, pero no cruza la línea de la prudencia en sus cortas definiciones. Su cuerpo y su mente están enfocados a pleno en el combate que sostendrá hoy sábado 6 de abril, en Las Vegas, ante el estadounidense Richardson Hitchins y en la posibilidad de convertirse en retador mandatorio al título mundial superligero de la FIB. “Es la pelea de mi vida”, le comenta a LA NACION, convencido de que detrás de su figura pequeña y vigorosa hay un boxeador dispuesto a hacerse grande.
Con 28 años y un récord inmaculado de 29 triunfos (19 KO), El Eléctrico, como apodan a Lemos, sabe muy bien que esta chance ante Hitchins en el ring del lujoso casino Fontainebleau representará un punto de inflexión en sus intenciones aspiracionales de insertarse en el primer nivel mundial. Porque no sólo se juzgará el resultado que logre, también pesará la forma en que lo consiga. Aún siendo derrotado puede asegurarse más y mejores oportunidades. “Yo tengo un sueño que es llegar a ser campeón mundial. Y para lograrlo, primero está esta pelea para seguir abriendo puertas”, dice, consciente de que su debut en la meca será observado con lupa por los popes de la industria.
¿Qué significa para vos pelear en Las Vegas?
-Es el sueño de todo boxeador. Más allá de eso, trato de enfocarme en mi preparación y trabajar a conciencia para poder coronarlo con un buen triunfo. Acá, en Argentina, no quiero pelear más…
-¿Qué sabes de tu rival?
-Te soy sincero, vi un par de videos de algunas de sus peleas, pero tampoco le dediqué horas a estudiarlo. Sé que es alto y largo, que tiene buena técnica y volea la derecha con mucha fuerza. Nada más. Estoy muy metido en mi preparación, en llegar bien al peso y en lo que debo hacer ese día para ganar.
-¿Sos consciente de que en este combate te toca ser el lado B?
-Sí, por eso hay que dar el máximo en cada round para no dejar dudas. Y si puedo noquear, mucho mejor. Hitchins es local y tiene el apoyo promocional, pero yo creo en mi boxeo y conozco mi hambre de gloria. Está en mí no dejarme robar…
–Hitchins elogió tu boxeo y advirtió que no tendrá problemas en aplicar una estrategia elusiva, ¿cómo lo tomás?
-No me interesa lo que dice, yo prefiero entrenar y hablar con los puños sobre el ring. Si él piensa agarrar la montoneta, yo estoy preparado para tirar los rounds que sean necesarios. Buscaré acortarle el ring y obligarlo a que se plante a tirar golpes.
El apodo de Eléctrico es solo para arriba del ring. Abajo, por generosidad y simpatía, suena mejor el otro, Tito, el pibe que nació, se crio y vive en el Barrio Ruta 3 de la ciudad de Tres Arroyos. El que en la voz sin estridencia se fue acostumbrando a esto de ser conocido y a la moda de brindar entrevistas y posar para las fotos a pesar de su timidez. El mismo muchacho que cada tanto agarra la cuchara y el fratacho, como en sus épocas de peón de albañil, para hacerle reformas a la misma casa que con tanto sacrificio se construyó. El que quiere ser campeón del mundo para brindarle a su hijo Ian, de 8 años, un futuro menos sacrificado que su duro pasado.
“Yo siempre fui muy inquieto en la escuela y me gustaba un poco hacer líos. Y de tanto ir al gimnasio con mi hermano Leandro me dieron ganas de aprender boxeo. Mi mamá, Cecilia, no quería saber nada con que fuera boxeador, pero no le quedó otra que resignarse y dejarme boxear. Hoy todo lo que tengo y lo que soy se lo debo a este deporte”, comenta Tito, que desde que se inició en el boxeo, a los 12 años, es entrenado por su padrastro, Pedro Alem, más conocido como el Toro. “Espero devolverle algo de lo mucho que reniega enseñándonos boxeo”, acota sonriente y agradecido.
–¿Cuánto de tu futuro te jugás contra Hitchins?
-Mucho. Sé que ganando pego el salto que necesito para consolidarme deportiva y económicamente. De este combate dependerá lo que venga después. Siento que tengo muchas más cosas por ganar que por perder.
-¿Por qué desde hace tiempo se habla de vos pero nunca tuviste la chance mundialista?
-Sin dudas, por la falta de continuidad. En los últimos años se nos hizo muy difícil encontrar rivales y tuve un par de lesiones que no me permitían pegar bien. Además de otras cuestiones que tuvieron más que ver con el organismo que conmigo. Estuve un año y medio como retador mandatorio al título ligero y siempre pasó algo que lo postergó.
¿No pensás que esto de no ser mediático y pelear poco en Argentina también retrasó tu despegue internacional?
–Puede ser, pero no me gusta dar notas y explicar por qué no me quieren pelear. Los pocos que aceptaban pedían bolsas impagables.
–Después que fuiste excluido del ranking ligero de la FIB por no dar el peso con Clavero, ¿tuviste miedo de no volver a tener otra oportunidad?
-No pensé que iba a tener esta chance tan rápido. Cuando me avisaron me tomé las cosas con otra seriedad y consciente de que no me puedo equivocar. Estoy entrenándome muy motivado, sabiendo que llegó lo que tanto busqué.
Hoy por hoy la categoría superligero concentra a muchos de los mejores boxeadores libra por libra y es el foco de atención de una industria ávida de realizar grandes combates y generar ganancias millonarias. Los estadounidenses Gervonta Davis, Davin Haney, Ryan Garcia y Regis Prograis, el puertorriqueño Subriel Matias, los británicos Jack Catterall y Josh Taylor, el hondureño Teófimo Lopez, el Cubano Rolly Romero y el mexicano Isaac “Pitbull” Cruz son algunos de los nombres mimados por las grandes cadenas televisiva para liderar grandes carteleras y ventas de PPV. La chance de Lemos de entrar en ese circuito de prestigio y dinero es posible si deja una buena impresión ante Hitchins, quien ostenta un récord invicto de 17 triunfos, de los cuales siete fueron antes del límite. Condiciones tiene, aunque deberá cambiar muchas cosas.
-¿Te sentís mental y físicamente preparado para afrontar los duros compromisos que puedan surgir en superligero?
-Creo que ya no puedo perder más tiempo y necesito este tipo de peleas para demostrar mis condiciones. Estoy lo suficientemente maduro boxística y mentalmente para probarme con los mejores y saber dónde estoy parado.
-¿Cómo llevás la adaptación de subir de ligero a superligero?
-Me siento muy fuerte y muy cómodo. No estoy obligado a cuidarme tanto en las comidas. En los últimos meses me costaba mucho dar ligero, llegaba muy exprimido. Ahora ya casi estoy en categoría con mucho tiempo. Además, no varió la velocidad y la potencia de mis golpes.
– ¿Si le ganás a Hitchins, te gustaría tener la chance mundialista con Subriel Matías o preferís otro rival?
-Mi sueño es ser campeón mundial. Estoy dispuesto a pelear con el que toque. Matías es un muy buen campeón y, por estilo, sería un lindo combate. En este nivel no vale tener miedo o buscar preferencias. Ahora estoy pensando en Hitchins, después veré…
Fuente: La Nación – periodista Andrés Vázquez