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Rojo furia: un zapatazo histórico cambia el rumbo de Argentina que se metió en octavos del Mundial

Messi abrió la cuenta pero Nigeria lo empato en el comienzo de la segunda etapa. A cuatro minutos del final un golazo de Marcos Rojo le devolvió la vida y lo metió en la siguiente fase. Ahora se viene Francia, el sábado a las 11.

Argentina ganó y clasificó pero como pocas veces en la historia moderna la Selección la pasó tan mal como esta tarde en San Petersburgo. El grito de gol, que se transformó en onda expansiva, tras el derechazo de Marcos Rojo quedará en la historia de los goles agónicos de Argentina en mundiales.

La historia arrancó bien para la Selección que, en un control magistral de Messi, encontró la apertura del marcador tras un pase de Banega. Argentina en 15 minutos había encontrado lo que necesitaba desde el comienzo del Mundial. Orden defensivo, velocidad por los laterales, buenas conexiones en mediocampo y un gol de su capitán. Necesario como el agua.

Con la atención en su partido pero también atento a lo que ocurría entre Croacia e Islandia,la Selección no se desesperó ni se alejó de su libreto. Completando así un sólido primer tiempo, donde pudo aumentar la diferencia en un tiro libre de Messi que dio en el palo.

En el segundo tiempo, los fantasmas se apoderaron del estadio. Un polémico penal le dio a Nigeria la chance de conseguir el empate y a partir de ahí Argentina fue pura confusión. Flojo Messi, errático Di María, aislado Higuaín la Selección tomaba la peor forma en un partido clave de nuevo, la mandíbula de cristal había sido golpeada y con el correr de los minutos el equipo en vez de crecer, se diluía.

Apareció el recambio. La buena nueva es que Argentina tiene una carta ganadora en el banco que tiene nombre y apellido: Cristian Pavón, el delantero de Boca revolucionó el ataque y fue la bandera de un empuje que tuvo premio en el final del juego. Un centro desde la derecha encontró una volea histórica de Marcos Rojo para poner la victoria y desatar la locura.

Argentina no sólo sabía que Islandia no podía con Croacia sino que liberaba una tensión que lo había devorado en buena parte del juego. Las lágrimas de Messi, Di María, Higuaín y hasta del propio Tapia hablan por sí solas. Argentina se mete en octavos y el sábado enfrenta a una Francia que presenta una de las mejores formaciones de su rica historia. Pero Argentina está vivo. Pegó el grito en el momento justo y lo escuchó todo Rusia.

Un resurgimiento inesperado que ahora deberá ser capitalizado positivamente. Los fantasmas, por ahora quedaron de lado y se han disipado los nubarrones, o no, pero ahora todo se ve de otro color, de un color Rojo furia.

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