Interés general
Lagrange: la Bancaria en contra de la privatización del Banco Nación
Publicación del lapridense Diego Lagrange, secretario general adjunto de la Bancaria de La Plata
La realidad nos atraviesa a todos y al menos en lo que nos rodea a cada uno en nuestro ámbito debemos ser críticos y no timoratos. Focalizaré en un solo tema que para nosotros, los trabajadores bancarios, es central: la No Privatización del Banco de la Nación Argentina (BNA).
Ningún argumento es válido para que sea parte del paquete privatizador a través del DNU 70/2023 propuesto por el Poder Ejecutivo que salvo el capítulo laboral se encuentra vigente, porque si bien fue rechazado en la Cámara de Senadores de la Nación debe ser rechazado también en Diputados para que pierda vigencia.
Dicho decreto permite que el BNA se privatice y se lo prive de depósitos judiciales; es decir, desfinanciarlo del fondeo de capital “barato”, herramienta que le permite competir en términos relativos con tasas diferenciales frente a la Banca Privada.
El BNA es líder indiscutido del sistema financiero argentino, tiene 739 sucursales a lo largo de la Argentina, monopoliza las operaciones de comercio exterior y es luego de YPF la principal empresa del país en facturación, duplicando en activos al Banco Provincia, segundo actor en el ranking de bancos.
No es que quieren retirar del mercado al gran jugador del sistema financiero argentino que lo sostienen más de 17.000 trabajadores en todo el país, lo que quieren es adueñarse del “gran botín”. Para ello, el primer paso es transformar al banco en una sociedad anónima. Así como en los años ‘90 el “sobredimensionamiento estructural” le quitaba eficiencia y por eso debía privatizarse, hoy “los indicadores de mora son muy negativos” y vuelven a aparecer palabras tales como “eficiencia en la gestión”.
Hay que decirlo claramente: el BNA tiene alta rentabilidad, no deja déficit y por sobre todas las cosas cumple un rol social donde la Banca Privada no llega. ¿Ese hipotético BNA SA estará presente en localidades pequeñas del interior del país? ¿Dará créditos blandos a una tasa más baja para los productores y las pymes y con financiación a bajo costo?
Si bien es cierto que el Banco Galicia o el Banco Macro, por nombrar dos entidades financieras de capitales locales tienen amplia cobertura en el interior, están en las zonas más productivas y de mayor rentabilidad lo que garantiza su negocio, y ni si quiera la Banca Cooperativa y su “rentabilidad mínima necesaria” alcanzaría para cubrir ese espacio que dejaría el BNA en manos privadas.
Y como para muestra solo basta un botón, invito al lector a repasar la historia del Banco Hipotecario Nacional (BHN) y que vea cómo el propio Estado tras la privatización en 1997 dejó de tener injerencia en la conducción de la entidad a pesar de conservar mayoría accionaria. Y que vea también con qué presencia quedó en pequeñas y medianas localidades luego de ser transformado en sociedad anónima, por no entrar en detalle respecto al rol fundacional que dejó de cumplir respecto al crédito para la vivienda.
Como trabajadores y dirigentes, aquellos que tenemos cierta responsabilidad con nuestros representados debemos guiar, orientar y persuadir a aquellos que todavía “no la ven”. Lo cierto es que no es un problema de partidos políticos, no es un problema de idiosincrasia o de simpatía. Es un problema de existencia. El Banco de la Nación Argentina es de todos los argentinos, NO SE VENDE, NO SE DEBE TRANSFORMAR EN SOCIEDAD ANÓNIMA.
Diego Lagrange
Sec. Gral. Adjunto
La Bancaria Seccional La Plata
Abogado UNLP -Lic. en Comunicación Social UNLP